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Recuerde una palabra: plásticos
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Por Don Chaikin |
Afrontémoslo,
el material está en todas partes. Es difícil
enfrentarse a cualquier actividad de la vida moderna sin encontrar algo
fabricado con plástico: desde su cepillo de dientes hasta su
televisor. Y si Chrysler Corp. triunfa, incluirá su
auromóvil en la lista de sus dosis diarias de
plástico.
Claro que la unión de plástico y autos no es nada
nuevo. Existe muchos detalles de este material en el interior, en el
exterior y a lo largo de cualquier auto o camión que se
maneje actualmente. Varios modelos integran piezas de
plástico a su estructura, sobre todo las defensas delanteras
e incluso las posteriores. Pero estamos hablando de una estructura
completamente fabricada de plástico. No hablamos de un
chasis de fibra de vidrio, como un Corvette. Tampoco nos referimos a un
auto con paneles de compuesto unidos a un marco espacial. como un
Saturn.
No, se trata de un vehículo cuya estructura completa
está fabricada con tereftalato de polietileno moldeado por
inyección. Usted conoce este material en una de sus formas
más populares, las botellas de litro y medio y dos litros de
refresco.
Chrysler reunió la experiencia y ayuda de sus proveedores
clave, firmas experimentadas en el trabajo con tos diversos materiales
y métodos para construir cosas con plástico
moldeado mediante inyección. Ninguna de ellas, sin embargo.
había trabajado con algo tan complejo ni tan grande como un
automóvil. Por supuesto, sólo porque
algo esté fabricado con esencialmente los mismos materiales
de una botella de Coca-Cola no significa que su diseño sea
igual de simple. Por ejemplo, piense en este escurridizo y sensual
Plymouth Pronto Spyder. Chrysler lo construyó para mostrar
qué tan lejos ha llegado el plástico. El modelo,
de dos plazas, 227 hp y moror colocado a la mitad, fue develado el
pasado enero durante el Auto Show Internacional en Detroit, y es un
verdadero competidor. Un verdadero competidor de plástico.
Antes del refinado Pronto Spyder, Chrysler había comenzado a
desarrollar su tecnología a una escala más
modesta, con su Vehículo de Compuesto, o VCC. Este fue
mostrado el año pasado, en el Auto Show de Frankfurt. El VCC
carecía de las complicadas líneas del Pronto
Spyder o del ESX II, un auto concepto del tamaño de un
Intrepid también hecho con plástico y mostrado en
diversas exhibiciones. Pero la fabricación del VCC cuenta
con todos los adelantos tecnológicos de sus hermanos.
Los ingenieros de Chrysler -y sus proveedores- diseñaron el
VCC para que su estructura estuviera compuesta por cuatro elementos
corporales básicos: exteriores izquierdo y derecho, e
interiores izquierdo y derecho. Eso es todo. Las piezas son adheridas
para formar el marco, a excepción de las puertas, del
capó y del maletero. La estructura es unida a un chasis
rodante.
El plástico moldeado por inyección ha sido
utilizado durante años para fabricar autos. Pero nunca antes
ninguna compañía había intentado -con
éxito- producir algo tan grande como la mitad del interior o
del exterior de un auto. Por lo tanto, el tamaño del equipo
necesario para moldear una pieza de plástico tan grande no
es una sorpresa. Una máquina monstruosa, con un peso de
9,000 toneladas, inyecta la resina termoplástica de
poliéster dentro de los moldes. Los moldes en sí
son unidades de 160 toneladas y miden el tamaño de una
habitación.
La clave del éxito de Chrysler al moldear piezas tan grandes
se encuentra en el modelad por computadora. Esto ayudó a
planear la sofisticada secuencia de aberturas de puertas y de
inyecciones de gas que necesitarían generarse dentro del
molde durante el proceso de inyección.
Sorpresivamente, el ciclo se completa y las secciones de la estructura
están listas en sólo tres minutos. Significa que
salen formadas, sólidas y frías, preparadas para
ensamblarse. Son moldeadas con su color final, y cualquier superficie
texturizada sale del molde viéndose y sintiéndose
como lo hará en una sala de exhibición. Entre
otras cosas, los autos no necesitan pintarse -gran ahorro de tiempo,
espacio y dinero.
Las secciones son integradas una a la otra con adhesivo, y una vez que
este se ha curado, la estructura se une al chasis con pernos y
pegamento. El chasis rodante porta el tren de potencia, la
suspensión y la dirección. En el caso del Pronto
SPyder, se trata de un motor supercomprimido de 2.4 litros, una
transmisión manual de cinco velocidades, y una
tracción independiente a las cuatro ruedas. Los
faltantes se reducen a la decoración interior, a
las puertas y a las cubiertas para el capó y maletero. Se
necesita menos material aislante porque el plástico es lo
bastante grueso y reduce el nivel de ruido. La decoración
que oculte a los sujetadores no es indispensable, ya que estos no
existen.
Se requieren bastantes piezas menos. Chrysler afirma que, incluso
cumpliendo los requisitos para integrar un marco metálico a
la estructura de plástico, el método reduce el
número total de partes requeridas en un 75%. El ahorro de
tiempo es igual de sorprendente: toma una tercera parte de los
días requeridos para construir un auto mediante los
procedimientos convencionales.
Además de los ahorros en tiempo y costo, existe una ventaja
ambiental en el proceso. Como el plástico utilizado es tan
semejante al de las botellas de refresco, la estructura del auto es
reciclable -o se pueden emplear botellas y otros objetos previamente
reciclados en su construcción.
A pesar de estas ventajas y de las promesas, todavía quedan
algunos problemas por resolver antes de que pueda manejar hasta su casa
en un auto de plástico. Uno de ellos es comprobar si pueden
cumplir con los estándares oficiales sobre impactos sin una
subestructura metálica. EL segundo es que todavía
no se demuestra la durabilidad a largo plazo de una estructura adherida
de plástico.
Tal vez más difícil que las preguntas de
ingeniería sea la cuestión de mercadotecnia. Y es
que a pesar de que el proceso de moldeado crea un auto del color
deseado, posee un acabado mate, no uno brillante. La verdad es que la
gente está acostumbrada a que sus autos nuevos reluzcan. |
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Fuente: Revista Mecánica
Popular - Volumen 51 - Julio 1998 - Número 7 |
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